En el pasado viajé durante muchos años a Senegal y Perú, comprometido con proyectos de desarrollo humano. Estas experiencias me han cambiado profundamente: me hicieron comprender y experimentar la esencia de la «diversidad como riqueza» y me dieron una fuerte necesidad de cambiar este mundo lleno de injusticias y desigualdades. A partir de 2019 comencé a construir un grupo Energia per i diritti umani en Milán, la ciudad donde vivo.